Algunos consejos para revitalizar blogs alicaidos

Voy a comentar un par de indicaciones que el profesor  Francisco Pérez Latre de la Facultad e Comunicación de la UNAV, expone en la entrada: 2 lecciones del cierre de The Daily  de su recomendable blog: http://c4etrends.blogspot.com.

Hablando del cierre de un medio de comunicación de relevancia, “The Daily”, señala dos lecciones a aprender (Sic):

1.     Hay que definir bien audiencias y contenidos. ¿Cuál era el proyecto? ¿Para qué público? The Daily tenía gran atractivo visual, interactivo y de diseño. Pero sus contenidos eran tan dispersos que no estaba claro para quién hablaba.

2.     Una sola plataforma no basta. Desde que se lanzó The Daily la investigación nos ha enseñado que los lectores en tablets son "omnívoros digitales" que consumen contenidos en plataformas múltiples: iPads, PC, smartphones y...publicaciones impresas.

¿Podemos llevar estas dos lecciones a nuestra labor evangelizadora en la red? Creo que si y además, lo podemos hacer con bastante provecho. No se si se han fijado en el destino de la mayoría de los blogs que se crean. Normalmente son abandonados antes de un año. Llegar a un año con un ritmo de publicación regular, es todo un logro. Otro problema que padecen los blogs es el escaso tráfico que suelen generar. Una de las razones que lleva a los blogueros a olvidar su blog es que no reciben casi visitantes.

Para que un blog tenga un mínimo éxito debe de cubrir una necesidad de los potenciales visitantes. También puede crear la necesidad, pero esto requiere un esfuerzo que está muy por encima de los blogueros habituales. Entonces ¿Qué podemos hacer?

a)    Tener claro qué podemos ofrecer que tenga “valor” en la red. Ofrecer algo que nadie necesita o existe en exceso en la red, no es la mejor opción.
b)    ¿A qué tipo de visitantes potenciales podemos acceder? Definamos el perfil del quienes pueden necesitar los recursos, ya que tendremos que adaptarnos a ellos.
c)     ¿Qué otros blogs o portales ofrecen algo similar? Aprendamos de ellos. ¿Podemos hacerlo mejor? ¿Cómo?
d)    Pensemos en generar materiales que sirvan para más de una actividad, ya que lo ideal es que puedan servir para leer, ver, oír, reflexionar, para informar y formar. Si son recursos y materiales multiplataforma mejor. Es decir, que puedan ser utilizados desde cualquier dispositivo.

Una vez que hemos contestado a estas preguntas, seguramente se plantee ¿Cómo llevar todo esto a los potenciales receptores? Le doy algunos consejos:

I.       Introducirnos en las redes sociales donde se da noticia de este tipo de recursos.
II.    Crear una red de seguidores y colegas, que den soporte y promoción a lo que realizamos.
III. Ser humildes, empáticos y proactivos. La evangelización tiene mucho de trabajo colaborativo en red. Lo que creemos unidos, nos beneficia los autores y sobre todo, a quienes lo reciben.
IV.  Dice un refrán que “quien da, recibe dos veces”. No seamos tacaños con nuestra ayuda y apoyo. Todo lo contrario, seamos desprendidos y no olvidemos a quienes empiezan en este mundillo digital.
V.     Por último, no olvidarnos de la oración, los sacramentos y la realidad física. No es mala idea orar por aquellos que nos ayudan o nos necesitan. ¿Nos faltan ideas o ánimos? Busquemos la inspiración del Espíritu!!!

Espero que estas reflexiones les sean útiles para su labor evangelizadora en las redes.


¿Miedo a la red? El Papa ya está en Twitter.


Todos nos hemos encontrado con personas tienen miedo a la red. Este miedo suele tener mucho de temor a lo desconocido y se suele apoyar en las típicas noticias sensacionalistas de estafas y crímenes que son portada de lo noticieros. Este miedo a lo desconocido puede ser una escusa para no adentrarse en las oportunidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación, pero  el miedo también viene de la falta de formación que nos atenaza en muchas de nuestras dimensiones humanas. Pero la ignorancia no debería de servirnos de escusa para no afrontar los retos que se nos presentan. Hoy hemos visto como Benedicto XVI ha presentado sus cuentas Twitter con toda la naturalidad del mundo.

En la última década, el mayor logro de la red ha sido la creación de una serie de espacios sociales virtuales donde establecer relaciones humanas e intercambiar materiales multimedia. Estos espacios sociales virtuales están revolucionando la vida cotidiana y creando oportunidades para el cristiano comprometido en la evangelización.

Uno de los principales rasgos del miedo a la red, es el temor prejuicioso de que estos espacios sociales generen adicción. La verdad es que no generan ni más ni menos adicción que un grupo de amigos que se sienten bien y se reúnen a charlar con asiduidad. Los medios y herramienta sociales, no son un mundo aparte que nos abduce de la realidad, sino un nuevo espacio de intercambio social con ventajas indudables. Como toda herramienta que ha creado el ser humano, puede ser utilizada para crear maravillas o vilezas. Depende de nosotros que seamos capaces de utilizarlas bien y saquemos de ellas todo el potencial que tienen.

Con un cincel es posible asesinar a una persona o crear una obra de arte, como la Piedad de Miguel Ángel. Lo más interesante de lo espacios sociales virtuales, es que amplían nuestra capacidad de relación, aprendizaje y entretenimiento. las relaciones sociales se amplían hasta la totalidad de personas que se conectan a la red. Es cierto que la relación virtual no es igual que la física, pero también es cierto que nos permite trabajar unidos sin las limitaciones del tiempo y del espacio.

Por lo tanto, es necesario entender los medios sociales virtuales como parte de la solución al problema del aislamiento social que padecemos. Sería estupendo que la Iglesia, igual que lo hizo con al escritura, fuese una herramienta activa en el proceso de alfabetización digital. Quizás pensemos que el mundo de la red es cosas de jóvenes, pero cada vez llevando a las personas menos favorecidas la posibilidades que tienen los nuevos espacios sociales.

Las estadísticas de uso de Facebook en España, no todos los usuarios son jóvenes menores de 30 años. Hay una gran cantidad de personas mayores de 30 años que utilizan esta red social (tomado de http://www.checkfacebook.com/)


Los porcentajes de usuarios ligados a las franjas de edad son las siguientes:



13-17   años        5,9%
18-34   años      49,6%
35-64   años      42,0%
65-100 años        2,4%

Sin duda los jóvenes no adolescentes (18-34) son la mayoría de usuarios en FB España, pero también es reseñable el uso de personas maduras (35-64)  con un 42%. La tasa de personas mayores de 65 años es todavía baja (2,4), pero en los EEUU ya son más del 5,5% y sigue creciendo.

Para afrontar el temor a la red, es necesario formarse y sobre todo, deshacerse de los prejuicios e inercias que nos llevan hacen reticentes a los cambios. Sin duda, se abre ante nosotros una oportunidad providencial de evangelizar y evangelizarnos. ¡Ánimo!

El comunicador católico, un viajero sabio que aprendió el arte de vivir. Mons Claudio María Celli.


Traigo un fragmento de la conferencia de Mons. Claudio Maria Celli al inicio de la Reunión Continental RIIAL transmitida a través de la red “episcopo.net”. Pueden encontrarla completa en la página del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales. Nos dice Mons. Celli:

Este mensaje también se dirige a  los comunicadores: “… en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida”. Así pues, me pregunto qué significa ser hombre y mujeres de fe para nosotros los comunicadores, que no vemos a la comunicación solamente como una profesión, sino sobre todo como una vocación y una misión. El Papa recientemente ha usado una expresión que  me ha fascinado porque es una respuesta a la misión del comunicador católico: “El viaje es metáfora de la vida, y el viajero sabio es aquel que ha aprendido el arte de vivir y lo comparte con los hermanos” (cf. Sir 34,9-13).

Así, la misión del comunicador en la Iglesia es la de ser un viajero sabio que ha aprendido el arte de vivir y que desea compartir su experiencia a través de los medios; por ejemplo en las redes sociales. ¿Qué significa compartir un camino, mantener viva la esperanza, compartir con los demás la belleza y la verdad de la fe?

 En este año de la fe, invito a usar esta metáfora para los comunicadores y comunicadoras católicos: “un viajero sabio que sepa unir estos dos elementos: sabiduría y audacia [Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi n. 40]; atento y cuidadoso para que también los alejados encuentren a ese “Alguien” que da sentido a sus vidas”.

Es un gran desafío que puede provocar sentimientos de miedo, incapacidad, limitación o pobreza… pero precisamente se trata del desafío de ser testigos alegres tal cual exhortó Jesús a sus discípulos en la última cena. “Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa” (cf. Jn. 15, 11). Tal vez encontremos dificultades en experimentar esa alegría en nuestros corazones, pero no perdamos la confianza de que Él está cerca de nosotros repitiéndonos: “No tengan miedo, yo estoy con ustedes”; y para reforzar aún más, Jesús continúa diciendo: “todos los días”  (cf. Mt. 28, 20).

Este mensaje va directamente dirigido a quienes nos adentramos en el continente digital e intentamos ser testigos creíbles del Evangelio. No es sencillo serlo, hay que unir sabiduría y audacia. Sabiduría que conlleva formación, voluntad, perseverancia, templanza y sobre todo humildad. El que comunica el Evangelio no puede ser más que el mensaje que comunica, ya que entonces estamos suplantando el Mensaje de Cristo y la Iglesia, por nuestro mensaje personal.

Ejemplo que Mons. Celli comparte con nosotros es clarificador. Somos como un viajero sabio … que ha aprendido el arte de vivir y lo comparte con los hermanos. Compartir. Preciosas palabra ¿Cómo acercarnos a los demás para compartir este “arte”? El viajero trae noticias, historias, anécdotas que se comunican sin la prepotencia de quien se cree en al verdad. No hace falta prepotencia para relatar lo que uno ha vivido en primera persona. Comunicamos el testimonio que es nuestra vida, nuestras referencias, nuestra vivencia dentro de la Iglesia y sobre todo Esperanza y alegría.

… la misión del comunicador en la Iglesia es la de ser un viajero sabio que ha aprendido el arte de vivir y que desea compartir su experiencia a través de los medios.

A veces la comunicación no es sencilla porque nos encontramos con los prejuicios que la sociedad utiliza para desactivar el Mensaje cristiano. Ante los prejuicios, sólo el testimonio sincero puede despertar la curiosidad de quien teme el compromiso que conlleva conocer. Aún así, lo habitual es encontrarnos con muchas personas que reciben el testimonio dando preferencia a los cómodos y protectores prejuicios. El testimonio de la vivencia ajena se considera, en el mejor de los casos, como la excepción que confirma la regla. Otras veces, simplemente se nos acusa de mentir y manipular. Pero no desesperemos, nuestro testimonio quedará grabado en la memoria de quien lo recibe y podrá germinar cuando sea su momento. Como el sembrador, lanzamos semillas del Reino y dependerá de cuándo y dónde caigan, el momento propicio para se desarrollen.

Para el cristiano, la comunicación no es una profesión laboral, sino una vocación y una misión que nos lleva a interrelacionarnos y compartirnos. Lejos quedan los tiempos de comunicación unidireccional, ya que vivimos la comunicación 2.0. Las redes sociales no son monólogos, sino comunicación compartida entre iguales.

¿A los católicos nos interesa la presencia eclesial en la red?


Hace pocos días ha aparecido el estudio “Catholic New Media Use in the United States, 2012” sobre el perfil del católico norteamericano, en Internet. El estudio está realizado por  el Centro para el Apostolado de la Georgetown University, institución acreditada por la Conferencia episcopal de Estados Unidos, por lo que podemos tener cierta fiabilidad en los datos que se recogen.

El estudio es muy amplio, por lo que voy a escoger unos pocos datos que me parecen de relevancia. El estudio revela que el 62% de los católicos adultos tiene un perfil en Facebook y el 70% de los católicos adultos (84% menores de 30 años) visita regularmente YouTube. Podemos decir que hay bastantes católicos que utilizan las redes sociales. Estupendo, pero la pregunta clave sería si a estos católicos les interesa la presencia eclesial en la red. ¿Se informan de la actualidad eclesial por la red? ¿Se forman con los recursos disponibles? ¿Contactan con otros católicos e intercambian experiencias e ideas?

Siguiendo con el estudio podemos ver que sólo el 5% de los católicos leen los blogs relacionados con la fe y con la Iglesia, sin que haya diferencias apreciables por grupos de edad. Pero lo realmente curioso es que el 53% de quienes se definen católicos no sabe indicar si existe una presencia significativa de la Iglesia católica en Internet.

La presencia de la Iglesia es suficientemente significativa como para encontrarla. Está presente en cualquiera de sus aspectos, carismas, actividades. Si utilizamos un buscador y buscamos palabras como Caritas, nuestro obispado o cualquier tema religioso, veremos como nos devuelve decenas, centenas o miles de resultados. ¿Dónde está el problema entonces? Desde mi punto de vista el problema no está tanto en la presencia de la Iglesia, sino en que no se la busca. ¿Por qué no se busca a la Iglesia en Internet?

  • La primera respuesta es una pregunta ¿Por qué no se busca a la Iglesia en el mundo real? Seamos sinceros y aceptemos que la mayoría de los que nos autodenominamos católicos, solo lo somos por barniz cultural. En Internet sucede lo mismo, los temas religiosos no suscitan tanta pasión como la descarga de la última película de moda.
  • Quien se decida a buscar algo referente a la Iglesia ¿Qué busca? El catolicismo cultural es un sentimiento difuso que no encuentra referencias concretas con facilidad. Si no se sabe qué buscar, todo lo que pueda encontrar en una búsqueda será ininteligible.
  • Muchos católicos, incluso practicantes y comprometidos, viven de espaldas a la Iglesia que está más allá de su compromiso o interés. Personalmente conozco a muchas personas practicantes y comprometidas que, en el mundo real, no les interesa saber nada más que exceda su labor particular. Muchos somos católicos microeclesiales por la comodidad que conlleva vivir la fe en un coto conocido y seguro.
  • Nos falta formación para acceder a contenidos que tienen un poco de nivel. A veces las nociones de doctrina y fe son tan superficiales que nos cuesta entender los textos más elementales. Les pongo un ejemplo real. Como soy “aficionado” a leer a los Primeros Padres y entre ellos a San Agustín, a veces me he atrevido a comentar algo de sus escritos. No digo que no existan textos complicados de leer y entender, pero la mayoría de los sermones agustinianos son justamente eso, sermones, que pueden leerse y entenderse con facilidad. Al indicar que es estupendo leer estos escritos, me suelo encontrar con caras de sorpresa e incredulidad y frases como “¿Tú lees eso?” “Esas cosas son muy elevadas para mi” “yo con ir a misa y rezar tengo suficiente” “Déjame de teología. De eso no se saca nada en claro”

Benedicto XVI nos ha señalado muchas veces el problema de la formación e implicación de católico con la Iglesia. En un discurso a Acción católica argentina, el Papa señaló que es necesario “intensificar su compromiso formativo para que, siguiendo a Cristo por el camino de la santidad y en estrecha unión con los pastores, lleven el fermento del Evangelio a todos los corazones y ámbitos de la sociedad, del mundo del trabajo, de la política, la cultura y las familias

No es extraño que estas problemáticas se trasladen a la red y que haya pocos católicos que se atrevan a vivir su fe en todo momento e incluso dentro de la red. Pero esto no debe disuadirnos de evangelizar el continente digital, todo lo contrario. En las redes siempre es posible encontrar lo que se busca y la Iglesia debe estar donde se espera que esté. Pero seguramente podamos hacer algo para mejorar el autismo eclesial que padecemos.

Permítame que me haga varias preguntas incómodas

  • ¿Por qué en las catequesis pre-sacramentales no se enseña a los niños y jóvenes la presencia de la Iglesia en las redes? Si no mostramos esta presencia y enseñamos a buscar respuestas en la red… las personas ignorarán a la Iglesia. Hay recursos maravillosos para la catequesis en la red. ¿A que esperamos?
  • Por qué no se da difusión de lugares, portales de noticias e institucionales desde las parroquias? Hoy en día existen los códigos QR, que impresos en un cartel te llevan a una dirección web, desde cualquier teléfono celular. ¿Hojas parroquiales con listado de enlaces y/o códigos QR? Algunas ya lo hacen, pero son pocas.
  • ¿Por qué no utilizamos los espacios formativos que tenemos abiertos? En las clases de religión se podría dedicar un tema para mostrar la presencia de la Iglesia en la red y enseñar a los niños-jóvenes a utilizar Internet con responsabilidad.
  • Según el mismo estudio, las web y blogs parroquiales son los más utilizados ¿A qué esperamos para ponerlos al día y utilizarlos para evangelizar?

Soy consciente que esas preguntas tienen una respuesta simple. Somos pocos, estamos poco coordinados, tendemos a la religiosidad fácil y nos cuesta innovar en cuanto a comunicación. En cosas nos cuesta mucho menos innovar. Pero seamos positivos, aunque lo podamos hacer mejor, la Esperanza nunca desaparece. El Espíritu siempre está actuando en nosotros.

Estimado lector, no dude en ser un poco pesado y promocionar la Iglesia en todos sus aspectos, incluso en Internet.

¿Necesita el Papa una cuenta en Twitter? Si, pero no una simple cuenta.


Hace unos días volvió a saltar a la escena de la información católica una noticia que periódicamente aparece: el Papa va a tener una cuenta twitter. Hay quien está a favor y quien está en contra, pero rara vez se escuchan razones contrastadas sobre el tema.

Indudablemente, el Papa no necesita una cuenta twitter para utilizarla como la mayoría de las personas. Es decir, para hablar de banalidades y cuestiones de actualidad mediática. Tampoco la necesita para utilizarla como una superestrella del momento. Justin Bieber utiliza la cuenta twitter para tener pendientes de él al ejército de seguidores que tienen. Tampoco la necesita para utilizarla como una marca comercial o empresa, ya que el Papa no necesita vender y tener "concienciados" a los consumidores potenciales.

Entonces, para qué necesita el Papa un cuenta twitter. Lo primero sería decir que la cuenta no sería una cuenta personal, sino institucional. Tendría que contar con varios gestores preparados para capear temporales y actuar de forma positiva en la inmensa red social que se crearía.

La razón para que el Papa tenga una cuenta twitter es la misma por la que se han creado Radio Vaticano o el Centro Televisivo Vaticano o por la que el Papa sale cada miércoles pronuncia unas breves catequesis a quienes le desean escuchar. Se trata de que la Iglesia utilice los recursos a su alcance para difundir la voz del Papa.

La reprercusión de una simple frase del Papa puede ser 1000 veces superior a la de cualquier obispo, por lo que hay que saber qué se va a twitterar y cómo se va a realizar la gestión del tweet. ¿Gestión del tweet?

Claro. No es igual tener una cuenta con una tasa de respuestas de 1 sobre 200, que una que genere 200 respuestas por cada tweet. Las gestión de las cuentas normales son humanamente abarcables, pero la del Santo Padre, requeriría algo más.

Una de las objeciones que he leído provienen de algo evidente: el Papa no será quien gestione directamente la cuenta ni tampoco interaccionará. Cierto, pero que el Papa tenga un canal directo en twitter nos permitiría disponer de información que distribuir rápidamente por la red, además de propiciar el diálogo a partir de lo que se twittee. La cuenta del Papa sería una fuente de información sobre sus discursos, homilías y actividades. Los enlaces anexos podrían llevarnos hacia lugares donde poder recabar más información.

La pregunta ¿Esto se puede hacer desde una cuenta institucional del Vaticano? Claro, pero el impacto sería menor. No es lo mismo que comunique el Papa que el entorno institucional. La voz del Papa tiene un valor añadido que nadie le puede restar.

Lo que queda claro es que es necesario que detrás de la cuenta de Benedicto XVI haya al menos dos personas con profundos conocimientos de gestión de contenidos y comunidades. Toda oportunidad comunicativa conlleva riesgos y estos riesgos se minimizan cuando son gestionados por profesionales.

Resumiendo, una cuenta twitter de Benedicto XVI es una oportunidad magnífica, pero no está exenta de riesgos. 

BUFFER App. Planificar e interconectar redes sociales


Nadie duda que cada día disponemos de más y mejores aplicaciones que nos ayudan a estar presentes en las redes sociales. Existen muchas que son útiles, otras que son anecdóticas y algunas  herramientas que son casi imprescindibles. Hoy les voy a hablar de una de las que son muy recomendables: Buffer App

¿Qué hace Buffer App? Básicamente dos cosas:

  • Programar nuestra presencia en las redes a través de un planning de intervenciones en las redes que más nos interesan. Podemos planificar los post que vamos a compartir y secuenciarlos indicando el día y la hora a la que queremos que aparezcan, en la red que deseamos utilizar.
  • Hacer posible el trasvase de entradas entre las diferentes redes sociales, de una manera intuitiva y muy sencilla. Si vemos una frase interesante en Twitter, podemos compartirla en Facebook o Linkedin. También podemos indicar cuando queremos que aparezca.
¿Para que podemos querer programar nuestra presencia en las redes? Seguramente alguno de ustedes habrá estado de viaje o incomunicado y le hubiera gustado no dejar de estar presente en sus redes favoritas. Tal vez alguno de ustedes esté organizando un evento y necesite hacer una campaña sistemática en las redes, pero estar todo el día y durante semanas delante del ordenador, le sea imposible. Tal vez quiera programar una serie de momentos en los que su presencia en las redes sea especialmente relevante y no puede estar en 5 redes al mismo tiempo y hacerlo de manera coordinada. Todo esto y otras situaciones lo resuelve Buffer App.

¿Para qué podríamos querer trasvasar información entre las redes? Porque hemos dado con post interesante en una red y quisiéramos compartirlos de forma inmediata o planificada, en otras redes.

Buffer App permite una modalidad gratuita, limitada en cuanto al número de post que podemos planificar y el número de redes que podemos manejar. La versión de pago posee la capacidad de planificación indefinida, 12 perfiles de posteo en las redes sociales y hasta dos personas que gestionen el Buffer que creemos. El problema es que la versión de pago no es demasiado asequible para personas y organizaciones sin ánimo de lucro, ya que cuesta 10$ mensuales o 102$ anuales. Pero también es cierto que la versión gratuita da bastante juego.

Otra funcionalidad interesante de Buffer App es que se integra en los navegadores, de forma que podemos introducir enlaces o posts, desde cualquier página web, aunque no cuente con enlaces a las redes sociales.

Adicionalmente, es posible hacer un seguimiento del impacto que han tenido las contribuciones que hemos hecho a través de Buffer App, mediante la función Analytics.

¿Hace falta esta herramienta para evangelizar en la red?

No es imprescindible, pero nos puede ayudar en los siguientes aspectos:

  1. Tener una presencia más constante en las redes. Cuidado: no intentemos saturar a nuestros contactos con decenas de referencias y enlaces. A medio plazo, es mejor postear poco y de forma relevante. A largo plazo, si nos pasamos, terminaremos siendo ignorados.
  2. Si "vivimos" en redes sociales diferentes y en una de ellas aparece algo relevante para otra de ellas, podemos postear desde la primera red a la segunda de forma directa. Cuidado: respetemos a los autores y demos referencia de ellos al hacer trasvases  También es importante adecuar el formato del post. Si proviene de twitter y lo trasladamos a Facebook, quitemos los hashtags y las direcciones twitter o quedará ridículo.
  3. Ayudar a algún amigo que le cuesta estar presente en más de una red. Podemos enviar referencias de su labor a diferentes redes, sin tener que estar saliendo y entrado.
  4. Se pueden programar eventos que queremos que se realicen de forma síncrona, por ejemplo gestionar grupos de oración atendiendo a las diferencias horarias entre los participantes
Seguro a ustedes se les ocurren más aplicaciones. No duden en compartirlas con nosotros.


En sucesivas entradas hablaré de aspectos más concretos de esta herramienta. Ahora les dejo con un interesante vídeo sobre el tema







Sustitución de simbolismos (Respuesta a Pablo H. Breijo)


He leído un interesante post: “El código QR del Corazón de Jesús  de Pablo H. Breijo en su blog. Blog que recomiendo sin dudarlo un momento.

Pablo habla sobre un hecho puntual, que cada vez es menos puntual: la sustitución y convivencia de simbolismos actuales y tradicionales. En un cartel se sustituye el Corazón de Jesús por un código QR. Los códigos QR son enlaces gráficos que nos permiten acceder a una dirección web a través de un teléfono movil. Pablo se hace una interesante pregunta: ¿Debe la Iglesia católica utilizar este tipo de herramientas para la evangelización?

Es decir ¿Hasta que punto podemos o debemos introducir la dinámica comunicativa actual dentro del mensaje cristiano tradicional? La pregunta no es sencilla de contestar, porque podemos obtener diversas respuestas válidas y contradictorias. Hablamos de un problema en el que se cruzan dimensiones estéticas, funcionales, simbólicas y sentimentales.

Hay quien rechazará de plano este cartel por haber “profanado” el simbolismo del Sagrado Corazón de Jesús. No le puedo quitar la razón a esta persona, ya que eso es lo que el diseñador gráfico ha buscado: trastocar una imagen simbólica tradicional buscando un acto simbólico actual. Esta actitud “transgresora”, conlleva oportunidades y peligros.

Analicemos qué es lo que nos lleva a comprender este cartel de una forma u otra. Una imagen transmite un mensaje que interpretamos por medio de nuestro conocimiento y entendimiento personal. Una persona mayor no suele ir capturando códigos QR con un teléfono móvil o celular, por lo que suele desconocer el mundo que hay detrás. Pensemos que hay personas que se sentirán dolidas al ver sustituido un elemento fundamental del mensaje cristiano por un dibujito lleno de cuadrados que no tiene mensaje directo alguno.

Sin duda habrá a quien le dé igual la sustitución, porque desconoce todo el simbolismo y significación del Corazón de Jesús, las apariciones en Paray-le-Monial, los mensajes, su proyección en las devociones, etc. También habrá quien le dé igual porque se siente desafecto al mensaje cristiano y verá en el cartel una “afortunada” ridiculización de aquello que ignora y desdeña.

Pero pensemos un momento en un joven que se para delante del cartel, coge su teléfono, enfoca al corazón de Cristo y busca el enlace que está imbuido en el código QR. Estamos provocando una cadena de actos de gran simbolismo que pueden golpear la conciencia de quien realiza esta acción aparentemente trivial. Esto no es tan novedoso como nos pudiéramos creer. En Belén, la Basílica de la Natividad tiene un puerta tan pequeña y estrecha que sólo se puede pasar de uno en uno y haciendo una reverencia. ¿Evangelizar generando actitudes inconscientes es válido? Yo creo que sí lo es, aunque hay que tener mucho cuidado a la hora de utilizar este tipo de herramientas. ¿Por qué?

La Iglesia en Madre y Sabia, por lo que ya conoce lo que hay dentro de nuestros corazones y nos avisa de los peligros que tenemos por delante. El peligro que conlleva esta mezcla de simbolismos está en la desacralización en la que estamos inmensos. Habrá quien se sienta herido cuando vea este cartel y puede ser que esta herida le lleve a alejarse de la Iglesia. Desde su perspectiva los propios católicos profanan la imagen y simbolismo del Sagrado corazón.

Por lo tanto, tendremos que tener cuidado y sensibilidad al utilizar este tipo de reclamo. Saber dónde lo colocamos y el objetivo que buscamos. Tal vez sería interesante incluir en el cartel una pregunta que haga reflexionar al joven sobre su acción. Yo hubiera incluido una imagen del Sagrado corazón tradicional de manera que no se sustituyera el simbolismo completamente. Ligaría la pregunta a las dos imágenes y suscitaría la curiosidad por saber qué hay detrás, utilizando el código QR.

Dicho todo esto, creo que lo más interesante de todo es que nos demos cuenta de las oportunidades de evangelización que nos dan las nuevas tecnologías y los peligros que conlleva su utilización sin cierto control. No vaya a ser que para ganar a un nuevo cristiano hayamos herido a diez. El equilibrio no es sencillo y requiere iluminación por parte del Espíritu.

Seguro que querrán visitar la entrada de Pablo: “El código QR del Corazón de Jesús”  y comentarle sus respuestas personales. Esto nos enriquecerá a todos.

Cuidar la comunicación en las redes sociales


La comunicación es un hecho bidireccional, aunque sea un poco difícil de entender para los periodistas, que están acostumbrados a entenderse únicamente como fuente de información. Para evangelizar hay que dialogar y para ello es necesario intercambio de conocimiento, afectividad y voluntad. El evangelizador no es una agencia de noticias ni un programa de TV, es una persona que escucha más que habla, que acepta más que da. En una sociedad llena de ruido mediático, lo innovador es escuchar.

Por ello es necesario un esfuerzo para entender a quienes toman contacto con nosotros. En las redes sociales podemos encontrarnos con más de mil amigos, de los cuales una mínima parte reciben lo que comunicamos. Las razones pueden ser diversas: hay dejado de utilizar la red social, prefieren estar en una posición puramente receptiva, lo que publicamos es marginalmente de su interés. Hay quienes interactúan con asiduidad, lo que les señala como nodos activos de nuestra tarea evangelizadora. Cuidemos a estas personas dándole cancha en nuestra red. Compartamos lo que ellos nos envían ya que se darán cuenta rápidamente que les escuchamos y valoramos.

Cuidemos le lenguaje, en cuanto a que es fundamental para que la comunicación se establezca y la interacción permanezca. Hablar en términos teológicos a una persona que a dura penas entiende los conceptos más elementales, puede llevarnos a alejarnos rápidamente de él. Por otra parte, hablar en términos imprecisos a quien tienen suficiente capacidad para utilizar conceptos complejos, nos lleva a crear malentendidos. ¿Qué lenguaje utilizar cuando se tiene una personas muy diferentes entre nuestras amistades? Podemos utilizar un lenguaje intermedio y predisponernos a dar explicaciones cada vez que nos las pidan.

El contexto de la conversación importa. No es lo mismo dialogar en "abierto" que en "privado". Cuando dialogamos de forma pública, lo que transmitamos será recibido por muchas personas, además de la interesada. Por ello es interesante ir haciendo resúmenes que permitan entender por donde vamos, si la conversación es larga. Además, estos resúmenes nos permiten fijar las ideas que vamos desarrollando y los consensos logrados. En privado no es necesario tanto cuidado, pero aún así, no viene mal resumir lo hablado si la conversación se alarga.

Nadie es capaz de evangelizar, con eficacia, dentro de un “ambiente” inadecuado


Es evidente que hay elementos como el lenguaje, aficiones, estética, modo de vida, que nos acercan o nos alejan como personas. En la red sucede igual que en el mundo real. Podemos tolerar a un conocido que nos meta el dedo en el ojo durante un rato, pero estar defendiéndonos, día tras día, nos lleva a alejarnos de ciertas personas. Esto sucede habitualmente con las personas que muestran una especial beligerancia anti católica o anti religiosa. Ser signo de contradicción puede se útil durante un tiempo determinado, pero si persistimos en nuestro empeño, el ambiente que nos rodea se inmuniza y nos aparta. Perdemos eficacia. 

En cambio, si desarrollamos nuestra vida en un entorno donde existan empatias y afinidades no sentimos motivados a avanzar y colaborar para el bien de todos.

Para evangelizar en la red es interesante ser consciente de nuestro perfil e intentar movernos en un entorno de cómodo. Esto no quiere decir que de vez en cuando nos animemos a hacer apologética de calidad, con personas beligerantes.

Nos podemos hacer un par de preguntas. La primera es cómo podemos convocar a personas afines que necesiten ser evangelizadas. Ha algunos consejos que he ido recogiendo que puedo compartir:

  • Participar en foros, blogs, redes sociales que tengan como centro uno o varios puntos de afinidad. Has años leía de una persona que evangelizaba mientras compartía recetas de cocina en un foro de amante de la cocina oriental. Si nos animamos, hay que ser cuidadosos y respetuosos al máximo para no ser expulsados por trolls. Una cosa es sacar a colación temas cristianos cuando vengan a cuento y otra estar con el martillo apologético continuamente. Este evangelizador cocinero, comentaba que a raíz de sus comentarios había personas que se interesaban por preguntar sobre el cristianismo y la Iglesia.
  • Crear un espacio que atraiga a aficionados en determinados temas y aprovechar para propiciar los mensajes evangélicos. Son muy conocidos los blog de trabajos manuales, pintura, juegos de tipo cristiano, pero hay infinidad de blogs y grupos en la redes sociales que propician la evangelización a través de aficiones intereses.
  • En el caso que nos interese la evangelización interna de la Iglesia, podemos utilizar determinados elementos atractivos para que se vayan uniendo personas interesadas. Un ejemplo son las frases de santos, vidas ejemplares, textos enfocados a determinadas parcelas eclesiales, etc… Con paciencia se puede ir creando una red en torno a determinados aspectos y a través de esta red, evangelizar a las personas que se acerquen
Una idea interesante es crear contenidos "gancho" que sirvan para atraer al tipo de personas que buscamos y necesitamos. Porque, no se si se han dado cuenta, pero rodearse de amistad y de personas afines, enriquece y da alegría.

La evangelización es siempre un proceso. Evangelizar en la red.


La evangelización es siempre un proceso que se sustenta en la confianza. En las redes, de vez en cuando se acerca alguna persona a nosotros buscando meternos el dedo en el ojo o simplemente pidiendo respuestas a sus muchas dudas. El contacto puede ser más o menos agradable, pero lo que es imprescindible es saber dar tiempo sin urgir respuestas o cambio en el modo de entender de estas personas. 

El testimonio del evangelizador y la receptividad del evangelizado imprescindibles. Sin confianza, no hay evangelización.  No podemos coger el martillo apologético en empezar a dar martillazos a todo el que pasa cerca, ya que conseguiremos todo lo contrario que buscamos.

En la red sucede igual. Mejor dejar que nos pregunten a estar continuamente metiendo el ojo en el dedo. En las redes sociales que nos lo permitan, es interesante crear diversos perfiles de usuario para filtrar lo que les enviamos. Un ejemplo para facebook o Google +, si tenemos a una serie de personas predispuestas a enfrentarse con nosotros, podemos crear un perfil o círculo llamado “cuidado” que las contenga. Cuando publiquemos cuestiones que pueden ser desagradables, indiquemos que no se envíen notificaciones a estas personas y únicamente cuando publiquemos algo que se ajuste a su perfil, las incluimos.

Si nos tomamos en serio la labor evangelizadora en la red y tenemos bastantes personas en proceso de evangelización, no está de más elaborar una estrategia de publicación que se ajuste a cada uno de los perfiles de evangelización que podamos tener. En facebook es posible crear grupos donde los podemos incluir y centrar la estrategia comunicativa de forma coherente en ellos. De todas formar nunca está de más mantener un contacto más cercano e individualizado con cada uno de ellos.

Si el canal de comunicación se enfría y no ha respuesta, puede ser interesante dar toques afectuosos y cercanos que propicien que se vuelvan a interesar en dialogar con nosotros. Incluirles en una publicación sencilla y cercana es una buena idea. Por ejemplo una foto con una frase humanizadora. Si vemos que no da resultado, publicar en su muro es una forma fácil de retomar el contacto. Puede ser que esta persona no nos permita publicar en su muro, pero sí podemos comentar cualquier publicación que aparezca en su muro.

Con el tiempo nos daremos cuenta que quien busca encuentra si tiene suficiente paciencia y a veces, como por milagro, una persona decide dar el paso y acercarse a la Iglesia. Los tiempos son cosa de Dios y la persona en cuestión. Nosotros sólo podemos propiciar el encuentro entre Dios y ellas, actuando como un anfitrión atento. No dejemos de orar por estas personas.

Presentaciones con Prezi... a volar sobre el lienzo!

 

 Hoy traigo una herramienta de presentación de ideas que nos pueda dar mucho juego, ya que permite crear materiales multimedia con rapidez y sencillez: Prezi. Se presenta en varios formatos que van desde la versión más sencilla, que es gratis hasta la que más funcionalidades provee que es de pago mensual o anual. Para adentrarse en el uso de Prezi les recomiendo vean el video que incluyo a continuación.

   

La presentación que he incluido se basa en una idea presente en el libro “ Hablemos de Nueva Evangelización” de Mons Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo (España). 

Una de las posibilidades más atractivas de Prezi es que las presentaciones están almacenadas en la nube, lo que hace que no sea necesario más que una conexión a internet para utilizar la presentación. También permite que existan varios autores trabajando sobre a misma presentación, con la capacidad de trabajo colaborativo que conlleva.

Es posible incluir texto, imágenes vídeos y toda clase de objetos multimedia usuales.  Que lo disfruten

Consejos para evangelizar Online (C.E. EEUU)


Buceando por la red y gracias al estupendo blog, Todoerabueno.blogspot.com he encontrado una serie de consejos interesantes sobre la manera de evangelizar en Internet. Provienen de Conferencia Episcopal de los Estados Unidos. He resumido y comentado personalmente los textos, a fin de hacerlos más rápidos de leer y contextualizalos en nuestra realidad.

Los obispos dan dos consejos para evangelizadores actuales, es decir, aquellos que difunden el Evangelio de hoy:

1.     Utilice los medios sociales
2.     Siga sus reglas.

Vivimos un nuevo amanecer en la misión de la Iglesia: el ordenador ha sustituido a la pluma, 15 minutos parecen una eternidad y si no se responde un mensaje rápido, desaparece la audiencia.

Aquí hay algunas reglas para la evangelización los medios de comunicación social. Piense en que están pensados para el oficio de pescador de hombres. Se trata de atraer e interesar a quienes se acercan a nosotros. No están pensados para formar y catequizar con profundidad.

1. Traducir enseñanza de la Iglesia. El lenguaje de la sociedad actual es diferente al lenguaje eclesial. El evangelizador debe traducir a las formas y entendimiento actuales, lo que el conoce en profundidad.

2. Evite hablar directamente con un leguaje eclesial. Algunos conceptos crean barreras en la comunicación tan pronto son escuchados. Los prejuicios impiden el diálogo con sólo oír palabras como “Papa”, “Iglesia Católica”, “pecado”, entro otros muchos. Busquemos interesar y atraer. Ya habrá tiempo para profundizar y desvelar de donde proviene lo que decimos. Esto requiere entrenamiento, no es nada fácil.

3. Utilice las imágenes y ejemplos actuales y entendibles. Así lo hizo Jesús. Por ejemplo, comentar que el amor de Dios es un “regalo de promoción”, que no se tiene que ganar en sorteos sino que sólo tienes que aceptarlo, es más atractivo de lo que creemos para quien desconoce lo que conlleva ese amor.

4. Comprender que los medios sociales son una realidad social. Es como ir a una fiesta. No podemos sentarnos en un rincón y no conversar. Los medios sociales son formas de relacionarse. Para participar en la conversación es necesario estar dispuesto a escuchar a los demás y compartirse con ellos.

5. Medios de comunicación social requieren en ocasiones una armadura. El anonimato, la mala educación, el resentimiento o el miedo, hace que nos echen en cara muchas cosas de las que nos somos culpables. Pensemos en quienes lo hacen como personas que sufren y que descargan con nosotros sus frustraciones. Tengamos misericordia de ellos.

6. Utilice el botón de borrar, si los comentarios que le llegan son insultantes. Es mucho mejor decir "Hasta luego." No es necesario soportar insultos, pero tampoco nos escandalicemos y reaccionemos violentamente. No nos alejemos demasiado, que haya personas maleducadas no quiere decir que no haya otras que necesitan de nosotros en el mismo sitio.

7. Muestre aquellas cosas divertidas e interesantes que conlleva ser católico. Hay muchas anécdotas e historias llenas de buen humor y que enseñan más de lo que creemos.

8. Recuerde que las reglas sociales están cambiando. Hoy en día se comunican los acontecimientos personales por la red. Esto no es algo malo, ya que Internet hace que simples gestos humanos más fácil y rápidos.

9. Recuerde que los mensajes quedan grabados en la web. Tengamos cuidado con lo que decimos para no arrepentirnos de que una persona nos lo eche en cara años después.

10. Lo bueno y breve, dos veces bueno. Frases de pocas palabras, como "Jesús lloró” o "María se quedó en silencio” dicen mucho y por lo general menos es más.

¿Qué sucede con las siguientes etapas de la evangelización? Las estrategias serán diferentes, ya que hay que empezar a profundizar con cuidado. Pero eso es otra historia.

Espero que estos consejos les sean útiles.

El futuro de las redes sociales es ya presente

Primero vean este vídeo:

¿Cómo unir a 185 personas de 12 países para cantar unidos? ¿Es necesario que se desplacen durante semanas a un único lugar donde ensayar y preparar la grabación de un tema musical?

Ya no es necesario. Desde el domicilio de cada uno es posible estar presentes para crear unidos y vivir una experiencia en común. El futuro, que empieza hoy mismo, nos da la posibilidad de conformar comunidades que compartamos proyectos y objetivos. Pero, sobre todo, nos permite colaborar unidos en proyectos reales y consistentes.

Si es posible unir a estas personas para cantar, ¿Por qué no para alabar al Señor? ¿Por qué no para colaborar en proyectos solidarios? ¿Por qué no para orar unidos?

Estos tipo de trabajo se realiza a base de colaboraciones individuales que se unen en un único trabajo final, dando resultados que hace unos años podían parecer imposibles. La metodología es sencilla. Cada cantante tiene un cometido bien definido para grabar individualmente su contribución. Una vez grabado, se sube a youtube, donde el coordinador los toma para llevarlos a un sistema de mezcla que realiza el resto.

Youtube se convierte en el espacio de ensayo y colaboración a través del video y del sonido de cientos de personas. No se si le resultará tan evidente como a mí, pero la Comunión de los Santos debe ser algo parecido, pero multiplicado por cien mil millones. Ahora nos toca idear cómo utilizar este tipo de tecnología para evangelizar y para sentirnos más unidos.

Les dejo con otro vídeo, esta vez realizado por 1752 cantantes de 58 países


No dejen de comentar lo que les pase por la cabeza.

Comunicar es la llave que abre las cerraduras de nuestro corazón.


En las redes sociales solemos encontrar con personas de múltiples tipos, tendencias, entendimientos y carismas. Seguramente conozcamos relativamente bien a muchas de ellas, pero seguro que existen otras de las que no tenemos claro su perfil. Algunas de ellas se acercan a nosotros por afinidad, otras porque hay algo que les llama la atención, aunque no concuerden demasiado con nosotros.

En las redes, el conocimiento personal se basa en los contenidos multimedia que compartimos y en los breves diálogos que solemos tener al comentar determinada noticia, figura o video. El chat es una fuente valiosa de información, ya que permite una comunicación ordenada más cercana a la realidad. En algunas redes, es posible realizar video conferencias y poderse conocer de manera un poco más real.

Supongamos que contacta con nosotros una persona que muestra una fuerte oposición a la existencia de Dios, la necesidad de la Iglesia, la estructura institucional o la misma manera de entender el cristianismo que tenemos los católicos. ¿Por qué se acerca entonces? Algo les atrae de nosotros y ese algo puede ser el hilo que nos permita acercarnos a ella.

En el momento en que hay contacto y se establece la comunicación, entramos en el espacio de la evangelización donde es necesario pensar en un proceso de diálogo, comprensión, respeto, acercamiento y discernimiento. Pensemos que este tipo de personas vienen cargadas de prejuicios y no tienen inconveniente en sacarlos cada vez que hace falta. ¿Qué hacer con estos prejuicios? Los prejuicios actúan como cerraduras que cierran la puerta del corazón a aquello que temen. Para abrir cada cerradura hace falta una llave que ni siquiera el dueño de la cerradura conoce. Es una llave que se fabrica en base a tiempo, confianza y libertad.

En al medida que abramos las cerraduras, el diálogo se amplían y los lazos afectivos se hacen más sólidos. La pregunta del millón es ¿Cómo podemos crear una llave que abra cada cerradura?

La creación de esta llave es una labor de paciente acercamiento que parte del máximo respeto al dueño de la cerradura. Comprendamos que deshacerse de una protección vital siempre es complicado y requiere mucho tiempo y confianza. Pero contamos con algunas ayudas. El mismo dueño de la cerradura irá dando pistas sobre la lleva según la comunicación y el diálogo vaya fluyendo. Además el Espíritu Santo nos ayuda de formas inesperadas. Pero ¿cómo afrontar el acercamiento y el diálogo? Enumero algunas cuestiones a tener en cuenta:


  1. Tener un amplio respeto y valoración de quien tenemos delante. Aunque una persona pueda parecer a veces desagradable, si se acerca a nosotros es porque necesita algo que nosotros tenemos. Aceptémosla y demos gran valor a su acto de confianza. No lo digo retóricamente, sino con toda la sinceridad que puedo transmitir.
  2. Procuremos observar los contenidos que publica y las respuestas que da, a fin de entender qué necesita de nosotros y cómo podemos ayudarle. Valoremos cada paso que consigamos en esta relación de mutua confianza.
  3. Según vayamos teniendo oportunidad y capacidad de mover la llave, giremos con delicadeza intentando no asustar. A veces es necesario movernos muy lentamente en el proceso de diálogo. Nuestra capacidad de comunicar irá mejorando según nuestro interlocutor confíe en que no vamos a dañarle.
  4. No desesperemos aunque nos equivoquemos y tengamos que recomenzar. Si damos respeto y valor a quien tenemos delante, los errores serán oportunidades de avanzar en el acercamiento.
  5. Cuando hayamos abierto una cerradura, quedarán todavía muchas más. Los prejuicios son así, vienen en racimos y dependen unos de otros. No podremos derribarlos todos juntos ni hacerlo sin la colaboración de quien tenemos frente a nosotros.
  6. Igual que nosotros tenemos que adaptar nuestro lenguaje para hacer posible la comunicación, procuremos que la otra persona vaya adaptando el suyo al entendimiento que vaya ganando. Cada prejuicio se asocia a un lenguaje y léxico particular. Ayudemos a que nuestro amigo se de cuenta de la necesidad de cambiar el lenguaje para cambiar su propio interior.
  7. Festejemos los avances y compartamos la alegría de cada milímetro que consigamos acercarnos.
  8. No reprendamos que nuestro interlocutor utilice los prejuicios. Comprendamos que son parte suya y los ha creado para su defensa personal. No nos sintamos ofendidos. El prejuicio no es un ataque a nosotros, sino una defensa a lo que se teme y desconoce.

He hablado de dignidad, libertad, afecto y cercanía, lenguaje, cambio, prejuicios pero seguramente se habrán cuenta que en mi relato he olvidado dos elementos fundamentales: Dios y la conversión.

El proceso de acercamiento y de ayuda mutua es maravilloso, pero no tiene porque llevar a la conversión. La conversión es un milagro que sólo tiene dos actores: Dios y la persona que libremente acepta que el Señor entre en su corazón.

Nosotros podemos abrir con cuidado las cerraduras y propiciar que las condiciones para el milagro de la conversión se puedan dar. Lo demás queda en manos del Señor y de nuestro amigo.